2 de agosto de 2015

La calidad de la educación latinoamericana, bajo la lupa de las pruebas internacionales


DOMINGO 31 DE MAYO 2015


Daniela Blanco

Cuáles son los movimientos y el impacto de las evaluaciones PISA y de la UNESCO entre los países del continente. Infobae indagó con expertos las últimas cifras, logros y déficits del nuevo siglo
Cierta desolación emerge cuando se analiza el escenario de la educación en América Latina al desagregar los logros y asignaturas pendientes que deja planteado los primeros quince años del nuevo siglo.

En la esfera de la educación, el cambio de siglo propuso para la mayoría de los países de la región -sobre todo para las naciones de Sudamérica - dos instrumentos que llegaron para quedarse. Por un lado, el ingreso de las nuevas tecnologías como punta de lanza de la accesibilidad al conocimiento; y por el otro, la participación sostenida desde el año 2000 hasta hoy, en las evaluaciones internacionales que proponen un registro estandarizado para medir la calidad educativa, permite el análisis comparativo con los países de la región y marcan el gap con las naciones más desarrolladas.

PISA, UNESCO, el impacto de las evaluaciones

Existen dos modelos de pruebas internacionales que cuentan con la participación mayoritaria de los países de la región desde el año 2000 hasta hoy -con intermitencias de la minoría- que tienen impacto concreto para medir el estatus de la calidad educativa e impactan luego en la "sintonía fina" de las decisiones sobre políticas de educación regionales.

El primer modelo son las pruebas globales del Programa Internacional de Evaluación de estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) impulsadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que mide alumnos de 15 años en el ciclo secundario en Lengua, Matemáticas y Ciencias. Se toman cada tres y se publican cada cuatro.

Y el segundo modelo, lo integran el grupo de tres pruebas regionales: Primer, Segundo y Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo, PERCE (1997), SERCE (2006) y TERCE (2014) respectivamente, administradas por la oficina regional de Educación de la UNESCO que miden alumnos de primaria - tercer y sexto grado- en Lectura, Matemáticas y Ciencias; cada seis años.

Si se suman ambos modelos de evaluaciones -PISA y UNESCO- allí participaron 15 países de la región, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Colombia,Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua Panamá Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.

La primera noticia que se desprende de la "foto" general sobre el estatus de la educación de la región es que países que estaban atrasados repuntaron notablemente, como Chile y Perú. Y Argentina, que siempre logró buenas calificaciones, se estancó y en algunas asignaturas, retrocedió, al igual que Uruguay.

En diálogo con Infobae, Manuel Álvarez Trongé, presidente de la Fundación Proyecto Educar 2050 y miembro del consejo gobernanza de REDUCA, explica: "Pese a enormes esfuerzos de los países de la región, los resultados de las evaluaciones vienen indicando que la brecha con los alcanzados por los países desarrollados es muy alta. En este sentido, las pruebas más importantes del mundo que miden la calidad educativa de los adolescentes (PISA) nos indican que en el año 2012 todos los países de América Latina que participaron (ocho naciones representativas de más del ochenta por ciento de la población de la región) se ubicaron entre las últimas posiciones entre las 65 naciones participantes".

Una región asentada en los contrastes

La desigualdad social funciona como la espada de Damocles de la región. Los indicadores evidencian los contrastes. Entre el año 2000 y 2013 el PBI por habitante de América Latina creció un 30,4% y más de 50 millones de personas salieron de la pobreza, ingresando en las capas de las nuevas clases medias emergentes.

El especialista argentino en educación Axel Rivas, del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), en su útlimo libro América Latina después de PISA. Lecciones aprendidas de la educación en siete países (2000-2015) pone blanco sobre negro el estatus de la educación en la región desde la llegada del nuevo siglo hasta hoy.

El marco para esta serie de contenidos medulares que abordó Rivas es el proyecto de investigación MAPEAL: Mapa de la Política Educativa en América Latina y donde se estudiaron los casos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay. Rivas se propuso como objetivo estudiar las políticas educativas implementadas en estos siete países que participaron regularmente de las pruebas PISA entre el año 2000 y la última conocida del 2012 y de las tres regionales de UNESCO.

Para Axel Rivas, América Latina sigue siendo el continente más desigual del planeta. Todos los países estudiados excepto Perú extendieron los años de obligatoriedad escolar desde el nivel inicial hasta el secundario. En promedio se pasó de 10 a 13 años de escolaridad obligatoria entre 2000 y 2015.

Además, en el período mencionado nuevas leyes de educación han mejorado la accesibilidad a la educación y amplificaron derechos acorde a los tiempos.

Precisa el experto Rivas en su libro, las políticas de evaluación de la calidad fueron la gran estrella de la constelación del nuevo siglo educativo para América Latina. Países como Chile, Brasil, México, Colombia pasaron de evaluaciones generales a formar parte de evaluaciones internacionales que impactan luego en la toma de decisiones en el futuro del sistema educativo.

Argentina no fue ajena a este proceso. Según el libro de Rivas, junto con Uruguay y Perú fueron los países que menos apelaron a las evaluaciones como fuente para tomar decisiones. En cambio, México y Chile las utilizaron para buscar más recursos y revisaron sus políticas educativas.

Las currículas académicas también se pusieron en la mira y la tendencia fue caminar hacia la flexibilización.



Distancias que duelen

Se estima que los países con mejores resultados de América Latina necesitarán más de diez años para alcanzar la media de los países de la OCDE, plazo de tiempo que supera los veinte años que pueden necesitar los países de la región con peores resultados.

Dice Álvarez Trongé a Infobae: "Una educación de calidad incluye también competencias cívicas y éticas, habilidades para el diálogo y el trabajo en equipo, cuidado de la propia persona y del medio ambiente, conciencia y defensa de la propia cultura y sus raíces, habilidades para la conectividad y el adecuado uso de las tecnologías. Y en esto también debemos mejorar. No es un tema sólo académico, de mejorar indicadores: lo que está en juego es la justicia y la prosperidad de nuestras naciones, su viabilidad misma".

En diálogo con Infobae, Alejandro Ganimian, experto en educación argentino y doctorando de la Escuela de Educación de Harvard, explica: "Las evaluaciones internacionales básicamente son herramientas en su mayoría comparativas e interpretativas entre los países y permiten medir la calidad".

"En el caso argentino el propio sistema educativo no se somete de manera periódica a evaluaciones que luego permitan tomar decisiones estratégicas. Brasil, en cambio, es un país que se somete a evaluaciones nacionales de manera recurrente y esto les sirve para crecer en su calidad educativa".

Gabriela Azar, directora de currículum y enseñanza del ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y directora del Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina (UCA), se refiere al rol de las pruebas internacionales: "Las principales críticas sobre la pruebas internacionales rondan la idea de que muchas veces las pruebas estandarizadas tienen su origen en el exterior y están descontextualizadas de la realidad cotidiana de las escuelas y de su proyecto educativo".

Las pruebas que impulsa UNESCO, la serie PERCE, SERCE, TERCE tienen una mirada más latinoamericanista y miden sólo primaria; y a PISA si bien se lo acusa de ser una prueba con estándares rígidos de primer mundo, mide tercer año de secundaria, alumnos de 15 años. Este año 2015 se está realizando y se publicará en el 2016.

"EN ARGENTINA HACE DOS AÑOS QUE ESTAMOS ESTANCADOS"

Ganimian, autor del informe Avances y desafíos pendientes de la Fundación Educar 2050, un pormenorizado informe sobre el desempeño de Argentina y los países de la región en las últimas pruebas TERCE, apunta: "En el último estudio TERCE no participó Cuba, que en los años anteriores había obtenido las mejores calificaciones".

Ganimian puntualiza sobre algunas instantáneas de TERCE 2014 sobre la región: "En lectura de tercer grado Argentina ha permanecido igual, mientras Ecuador la ha alcanzado y Perú la ha superado. En lectura de sexto grado, Argentina no progresó desde 2006 y Perú la alcanzó. Y en matemática de tercer grado, Argentina alcanzó en el 2013 el desempeño de México del 2006. Argentina y Uruguay, son las naciones más estancadas".

Cuando en 2012 se conocieron los resultados PISA, Rivas señaló a Infobae: "Los países latinoamericanos demostraron un estancamiento regional en PISA 2012 respecto de la última prueba del 2003, sobre todo en comprensión lectora, sin duda la materia que plantea para la Argentina el escenario más crítico".

Siguiendo la trayectoria de la Argentina -ocupó en 2012 el puesto 59 en el ranking PISA, entre 65 naciones- vemos un correlato muy estrecho con la situación económica y social del país: entre 2000 y 2006 Argentina bajó fuerte en PISA junto con la devastadora crisis social; entre 2006 y 2009 mejoró mucho, al igual que la economía; entre 2009 y 2012 hubo estancamiento, también siguiendo a la situación económica.

En conjunto, para el año 2012 había países de la región que lograban mejores resultados en las pruebas que Argentina. Costa Rica y Chile son los más altos, México y Uruguay vienen después. Argentina está en el bloque de Brasil y Colombia y Perú viene un poquito más abajo.

Precisa Rivas: "Analizando la última década los casos más impactantes de incremento en su calidad educativa son el de Perú, Brasil y Chile. Y el único país que bajó en todas las pruebas 2012 es Uruguay. Así se pueden establecer de alguna manera tres bloques que han logrado de mayor a menor calidad educativa en los PISA entre el 2000 y el 2012 (teniendo en cuenta que Argentina ni Chile participaron en 2003 y Costa Rica recién en 2012): el primer bloque integrado por Chile y Costa Rica; el segundo por México y Uruguay y el tercero por Argentina, Brasil y Colombia.

Mejorar los aprendizajes

Luego de profundizar el contexto regional, llegamos hoy a que el debate sobre la educación en la Argentina contemple la idea de crear un taller optativo de lectoescritura en el ciclo introductorio de la universidad para suplir los déficits que deja el secundario. Claro que el trayecto hasta acá no responde a un solo factor.

Refuerza Álvarez Trongé a Infobae: "Lamentablemente es un debate válido porque hace dos años que estamos estancados. La llave para mejorar la tienen los docentes y los padres. Entre el año 2000 y el 2006 Argentina es el país de la región que más descendió en el mundo en capacidad lectora. Y en contrapartida, Chile fue el país que más ascendió".

Tenemos un problema grande en matemática. De acuerdo a los resultados de PISA 2012, dos tercios de los alumnos de 15 años están en el nivel 1 de esta asignatura. Lo que arroja que un 66 por ciento no puedan resolver un ejercicio de aritmética.

La experta en educación Gabriela Azar agrega: "Una variable importante, que algunos estudios internacionales están considerando para entender la variación en los resultados arrojados por las pruebas PISA 2012, es la motivación de los estudiantes. Es importante preguntarse si el hecho de responder ítems de una prueba estandarizada externa motiva o no a los estudiantes al aprendizaje continuo y a potenciar sus capacidades" .

Durante 2015 se realizará en la Argentina y el resto de los países participantes de la OCDE la toma de las nuevas evaluaciones PISA que se conocerán en el 2016. Será la segunda vez que la Ciudad de Buenos Aires se evaluará por separado.

Argentina tiene un respaldo alrededor de la historia de su educación que aún pesa a la hora de pensar su futuro. Como señala Rivas en su libro: sus altas tasas de escolarización en el nivel primario y las bajas tasas deanalfabetismo lo destacan como un país con una historia ya consolidada de acceso educativo, de al menos cuatro décadas .

Sobre la región, Rivas aporta en su libro un dato medular para entender las contradicciones que aún azuzan al sistema educativo regional: de los siete países analizados en MAPEAL pasaron de un 6,5% de repitencia en primaria en 2002 a un 4,3% en 2011. Más difícil fue lograr bajar la sobreedad en el nivel secundario.

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