31 de março de 2014

Mejores docentes, la deuda educativa de América Latina


Un informe del Banco Mundial sostiene que, si bien la inversión en educación creció un 50% en la década, la formación de los profesores es pobre



"El último informe del sistema de medición estandarizado PISA relega a los países de la región a los últimos puestos del ranking educativo mundial, sólo por encima de África subsahariana. Para entender este escenario, según los expertos, es necesariosumar dos factores determinantes: políticas educativas poco eficientes e insuficiente formación de gran parte de los 7 millones de docentes que existen en la región", sostiene el Banco Mundial en un informe dedicado a las deficiencias en la formación de los profesores latinoamericanos.
Según los especialistas del organismo internacional, los países de América Latina carecen de "un cuerpo de docentes públicos que pueda considerarse de alta calidad, y en los últimos 20 años no han incrementado las habilidades laborales del profesorado".
"La profesión docente está en una fase de precarización. Hay una enorme crisis que comenzó en los '80"
Esto ocurre a pesar de que en los últimos diez años aumentó notablemente la inversión educativa en la región. Pasó de 119 dólares per cápita en 2000, a 171 en 2008, un incremento del 50 por ciento. Lo que evidencia que, si bien invertir fondos en educación es importante, no resuelve el mayor problema, que es cómo se gestiona y qué estrategias se implementan para cumplir con los objetivos buscados.
"La profesión de los maestros está en una fase de precarización. Hay una enorme crisis que comenzó en los '80 como resultado de un conjunto de cambios sociales a los que los profesores no pudieron reaccionar como se esperaba. Esto produjo una gran crisis de la identidad docente, que se evidencia, por ejemplo, en que se permita el ingreso en la aulas de otros profesionales", explica Ricardo Cuenca, doctor en educación por la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Instituto de Estudios Peruanos, en diálogo con Infobae.
A los problemas vinculados a la dificultad para adaptarse a los nuevos tiempos, se suman las limitaciones de los métodos de formaciónvigentes en la región.
"Durante los '90 -continúa Cuenca-, la mayoría de los países latinoamericanos implementó un conjunto de reformas que apuntaban a replicar el currículum de la educación básica en la educación docente. La idea era que debían saber de lo mismo que los alumnos, pero más. Pero eso luego se consideró erróneo, y se empezó a discutir si lo más importante eran los aspectos de contenido o lo didáctico. Entonces se produjo una separación perversa entre las dos cosas".
"Ahora los dos bandos se están encontrando, y la mayoría de los centros de formación modificaron sus currículas con la idea de que se debe trabajar sobre la base de problemas y orientaciones específicas", agrega.
Pero no todos los países están en el mismo nivel. El Banco Mundial destaca especialmente dos casos. Cuba, que desde hace bastante tiempo consiguió formar buenos profesores, y Chile, que en los últimos años puso en práctica métodos muy innovadores para mejorar la formación docente.

"Yo diría que Argentina y Uruguay han hecho cosas interesantes, al igual que Brasil en algunas estados, Chile, Perú y Colombia.Otros están en un proceso de transición, como Bolivia, Ecuador, Paraguay, Venezuela y Costa Rica. Por último está el resto de Centroamérica, donde los maestros se siguen formando en los colegios secundarios", dice Cuenca.
El caso chileno es interesante porque combinó dos factores que los gobiernos no suelen aplicar conjuntamente. Por un lado, da subsidios a la educación pública para permitir el ingreso y la permanencia de los sectores de bajos recursos.
Por otro lado, estableció estándares de conocimiento muy precisos para el cuerpo docente y creó un sistema de evaluación con bonos para incentivar la formación continua.
"Hacer más selectivo el proceso de reclutamiento de profesores, crear sistemas de evaluación y de formación continuada y personalizada o asignar profesores a escuelas con necesidades especiales", dice Barbara Bruns, experta en educación del Banco Mundial, son algunos ejemplos de medidas que han dado resultado en otras partes del mundo.
Para tener un diagnóstico detallado de las fortalezas y debilidades de los docentes de un país es necesario hacer evaluaciones periódicas de su rendimiento. Pero eso puede llegar a ser muy difícil.

Cuando los docentes rechazan ser evaluados
"Países de la región como México, Colombia, Ecuador o Perú -dice el informe-, han tratado de encauzar la situación intentandoimplantar evaluaciones periódicas a profesores, que en muchos casos han terminado en enfrentamientos entre sindicatos de profesores y gobiernos".
"Los sindicatos son actores fundamentales en el desarrollo de la educación, pero requieren reformas internas"
El rol de los gremios es muy discutido en algunos casos por su rechazo a que el Estado evalúe y califique el rendimiento, o a que se haga cargo de cosas de las que actualmente se ocupan ellos.
"Creo que los sindicatos son actores fundamentales en el desarrollo de la educación, pero requieren reformas internas. Junto con las reivindicaciones salariales, que deberían seguir siendo parte de su naturaleza, deberían pelear por políticas para el desarrollo de la profesión. Porque cuando el rol de los sindicatos es sólo reclamar por los sueldos se vuelven muy limitado", dice el investigador peruano.
Pero el rechazo a las evaluaciones excede a los gremios y también es sostenido por muchos profesores. Cuenca explica que eso puede deberse a que tienen dudas respecto de los objetivos con que los gobiernos realizan esas evaluaciones. En otros casos, porque temen que quienes los evalúen no estén capacitados, y sólo se vean guiados por motivaciones políticas. Por último, está el temor a que los resultados de las pruebas sean utilizados en su contra en los medios de comunicación.
Por eso, el especialista defiende la utilidad de las evaluaciones, pero reconoce que a veces no se las usa de manera adecuada.
"Hay que tener cuidado -dice Cuenca-, porque la evaluación del rendimiento puede ser una herramienta muy potente para tomar decisiones de política educativa, pero el problema es cuando se tergiversa su función. A partir de procesos de evaluación rigurosos, se puede obtener información muy valiosa que permita saber cómo están los docentes, pero en ningún caso son una medida que establece a ciencia cierta cómo está todo el sistema educativo"
"Las evaluaciones tienen que ser tomadas en su justa medida, y no se debe intentar que solucionen asuntos que no les competen", concluye.

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