4 de abril de 2011

Los maestros de las escuelas de Florida cobrarán según su desempeño



En el marco de una revolucionaria reforma educativa, el Senado de ese estado estadounidense aprobó el pago por mérito a los educadores. Barack Obama se mostró favorable a este cambio

Crédito foto: Reuters

El proyecto fue aprobado por 26 votos a favor y 12 en contra y se espera que también lo sea por la Cámara de representantes esta misma semana.

Según el diario El Nuevo Herald de Miami, los simpatizantes de la ley, entre los que se cuenta al actual gobernador, Rick Scott, aseguran que la propuesta recompensará a los mejores educadores mientras que eliminará a aquellos que no hacen bien su trabajo.

El paquete de medidas firmado por el mandatario altera por completo la forma de contratación, despido, evaluación y remuneración de los maestros. Desaparecen los puestos permanentes y en adelante los contratos y salarios estarán vinculados, en gran parte, a los resultados de los estudiantes en las pruebas estandarizadas que se llevan acabo con regularidad. Además, se pone fin a las protecciones de "debido proceso'' que tienen los maestros contra un despido rápido.

Al firmar la que es su primera iniciativa de ley, el gobernador Scott dijo que ésta "le dará a la Florida la fuerza de trabajo mejor educada para competir en la economía del siglo XXI''. "Debemos reclutar y retener a las mejores personas para asegurar que cada aula en la Florida tenga un maestro altamente efectivo'', agregó.

"Los maestros excelentes son la fuerza impulsora detrás del éxito de los estudiantes'', aseguró por su parte el representante Erik Fresen, republicano por Miami.

La Iniciativa de Ley 736 del Senado marca el inicio de cambios radicales en el ejercicio del magisterio en La Florida, tendientes a estimular el éxito de los estudiantes.

Esta revisión del sistema salarial de contratos y de evaluación sería sólo la primera parte de una serie de cambios. Según el Nuevo Herald, lo que viene luego es la ampliación de los programas de las escuelas semiprivadas (de financiamiento estatal, pero de administración por particulares) y de los vales escolares (otorgados a los padres que quieren enviar a sus hijos a establecimientos pagos). También se dará a la escuelas con malas puntuaciones en las pruebas estandarizadas de sus alumnos un grado "F" automático, es decir, una mala nota.

Scott y los legisladores republicanos dijeron que estas propuestas educativas son una prioridad y señalaron que algunas de ellas tienen apoyo bipartidista, al menos a nivel nacional. Por ejemplo, si bien se opone a los vales, el presidente Barack Obama respalda el pago según el desempeño del maestro y el levantamiento de las restricciones a las escuelas semiprivadas que son financiadas con dinero público, pero se administran en forma privada. En las últimas semanas, el pirmer mandatario, en visita a varias escuelas de Miami y Boston, habló de la necesidad de reformar las escuelas con bajo rendimiento académico. El tema de la educación había sido también parte clave de su discurso sobre el "Estado de la Unión" en enero pasado, recuerda el diario.

Para el gobernador de la Florida, las escuelas semiprivadas amplían el abanico de opciones a disposición de los padres, que son los "que tienen una mejor idea de a qué lugar deben ir sus hijos". Al respecto, la intención es, además de aumentar los vales, facilitar los trámites de habilitación de las escuelas semiprivadas y el incremento de sus matrículas.

Los demócratas están divididos respecto a los vales escolares. Muchos de ellos se negaron a retirar la prohibición de que el dinero público vaya a instituciones religiosas, pero los vales podrían ser una forma indirecta de financiar a las escuelas parroquiales. Aún así, algunos demócratas votaron a favor de los cambios. Hazelle Rogers, representante de Lauderdale Lakes, lo fundamentó de este modo: "Pienso en las posibilidades de elección que les estoy dando a los padres".

Como es de suponer, la iniciativa en materia salarial generó gran ansiedad entre los 170.000 maestros del estado y la oposición de los sindicatos que los agrupan. Una de las objeciones de ciertos expertos en educación es acerca de si un procesamiento de las estadísticas de las pruebas es suficiente para medir con exactitud la contribución de un maestro.


Iniciativas similares, tendientes a medir el desempeño docente, ya tuvieron lugar en Los Angeles, tanto a nivel primario como universitario.

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