12 de abril de 2011

La locura de una ley antiinmigración en Florida Andrés Oppenheimer

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Claves americanas
Martes 12 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa
MIAMI.- ¡Dios mío! Justo cuando creíamos que la ley antiinmigración de Arizona era una aberración legal que estaba cayendo en el olvido, la legislatura de Florida está considerando una ley similar que podría afectar a todos los hispanos en uno de los estados más dependientes del turismo, el comercio y las inversiones latinoamericanas.
Casi un año después de que Arizona aprobó su polémica ley, que fue suspendida por un juez tras haber sido apelada en las cortes por el Departamento de Justicia, los intentos de aprobar leyes parecidas a la de Arizona han fracasado en alrededor de 22 estados, incluidos Colorado y Mississippi. Pero los grupos de defensa de los inmigrantes dicen que leyes como la de Arizona están ganando terreno en las legislaturas de otros cuatro estados: Florida, Oklahoma, Alabama y Carolina del Sur.
"Creo que es probable que aprueben una ley muy dañina para Florida", me dijo Subhash Kateel, un organizador de la Coalición Inmigrante de Florida, un grupo que defiende a los inmigrantes. "Se trate de una versión «light», «normal» o «dura» de la ley de Arizona, va a perjudicar a todos los residentes del estado."
Una versión más aguada de la ley de Arizona ya ha sido aprobada por el Comité Judicial del Senado de la Florida, y muy pronto podría pasar al pleno del Senado estatal. Otro proyecto de ley más severo, que es una copia de la ley de Arizona, se está debatiendo en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes estatal. Ambos están siendo impulsados por el Partido Republicano.
El gobernador republicano de Florida, Rick Scott, ha dicho que apoya las leyes al estilo de la de Arizona, que ordenan a la policía pedir los documentos inmigratorios de las personas siempre que exista "una sospecha razonable" de que puedan estar ilegalmente en el país. Los críticos temen que eso conduzca al acoso policial de todos los hispanos, independientemente de su estatus.
"Los proyectos de ley antiinmigración de Florida están ganando impulso", dice Frank Sharry, líder de America's Voice, un grupo con sede que apoya los derechos de los inmigrantes. "Resulta casi impensable que un estado como Florida, que depende tanto del comercio, el turismo y los emprendedores hispanos, pueda aprobar legislación que casi inevitablemente provocaría boicots, cancelación de convenciones, y afectaría el comercio y el turismo."
La senadora estatal republicana Anitere Flores, autora del proyecto de ley, no respondió a varias llamadas. Una nerviosa asistente legislativa me envió una declaración de su jefa en la que decía que nunca estuvo "a favor de una ley tipo Arizona", y que su proyecto limita la acción policial "sólo a aquellos que han sido condenados por un delito".
Pero los críticos dicen que el proyecto de Flores alentaría a la policía a actuar como funcionarios de inmigración, y que abriría las puertas para aprobar una ley al estilo de Arizona. Dicen que cualquier proyecto de ley antiinmigración que llegue al pleno del Senado estatal será endurecida allí, porque un gran numero de legisladores conservadores apoyan una ley del tipo de Arizona.
Respecto del argumento de los grupos antiinmigrantes de que los indocumentados le están constando demasiado al Estado, un nuevo estudio de la Fundación de la Cámara de Comercio de Florida dice que el costo en prisiones y en educación para los indocumentados de Florida es de unos 659 millones de dólares anuales, mientras que los inmigrantes de Florida contribuyen con un promedio de 4500 millones de dólares anuales en impuestos. Lo que es más, el gasto total de los visitantes extranjeros a Florida excede los 7000 millones de dólares anuales, y la inversión externa directa en Florida asciende a 34.000 millones de dólares.
"Si los nacidos en el extranjero perciben que Florida es un estado hostil hacia ellos, es natural que visiten menos e inviertan menos", me dijo Dale Britt, el presidente de la Fundación de la Cámara de Comercio de Florida.
Mi opinión: Estoy de acuerdo. Cuando Arizona aprobó su poco disimulada ley antiinmigración hispana, varias ciudades de Estados Unidos y otros países declararon boicots a Arizona, además de exhibir a ese estado en todo el mundo como símbolo de intolerancia racial. Arizona perdió 141 millones de dólares en eventos cancelados e ingresos turísticos tan sólo en los cuatro primeros meses después de la promulgación de la ley, según informes de la prensa.
Si la ley de Arizona fue una bobería, una ley parecida en la Florida -un estado que vive del turismo, el comercio y las inversiones extranjeras- sería una locura. Siempre trato de mantener la cabeza fría cuando escribo, pero esta vez sólo puedo preguntar: ¿Están locos de remate?
La Nación

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