10 de julho de 2010

Sexting, el fenómeno de los adolescentes que se exhiben online

Un nuevo desafio para los padres


El 36% intercambió fotos en poses provocativas

Sexting, el fenómeno de los adolescentes que se  exhiben online

José María Costa
LA NACION

Muy pocos saben qué quiere decir, pero cada vez son más los padres a los que les preocupa eso que hacen sus hijos o los amigos de sus hijos adolescentes y que se denomina con esa nueva y extraña palabra.

Es que sexting significa, ni más ni menos, exhibicionismo online . Nació de la conjunción de las palabras inglesas sex y texting (sexo y envío de textos) para referirse a una de las principales vías de difusión de imágenes, a través de celulares, que circulan por la Web.

El fenómeno gana cada vez más adeptos entre los argentinos. Según la consultora Ignis, de los casi diez millones de usuarios de redes sociales y blogs, la mitad son adolescentes de entre 12 y 18 años, de los cuales el 90 por ciento posee un teléfono celular o tiene acceso a él. Pero el dato que más inquieta es que el 36% de esos chicos y chicas reconoció haber subido a la Web o enviado por teléfono fotos propias en poses provocativas.

El sexting , un fenómeno que se ha venido extendiendo en los Estados Unidos durante los últimos cuatro años, es definido por los especialistas como la tendencia de los adolescentes a intercambiar fotos propias con alto contenido erótico por medio de mensajes de texto desde sus celulares, por e-mail o subiéndolas a las redes sociales.

En la Argentina, varios sitios web, como laschicasdelgordo.net , altapendeja.com y todastuspendejas.com.ar , recogen las fotos que los adolescentes (mayoritariamente son mujeres) se toman y envían con seudónimos, y con ellas arman fotogalerías. Pero las poses provocativas de los jóvenes son también visibles en redes sociales como Facebook.

Según los expertos, las causas de este fenómeno van desde la desatención familiar hasta el mayor acceso a los medios tecnológicos, sin que los padres hagan un debido control de uso por parte de los chicos, que no poseen criterios para medir lo que implica subir a la Web o enviar por celular fotos o videos íntimos.

Lidia Grichener, de la asociación civil Missing Children Argentina, explicó a LA NACION: "En los últimos tres años, son cada vez más frecuentes las llamadas de padres con ese tipo de consultas. Este fenómeno se comenzó a ver con el avance de Internet y con el gran acceso que tienen los chicos a las nuevas tecnologías".

En opinión del director de la Fundación Proyecto Padres, Adrián Dall´Asta, "la brecha generacional que plantean las nuevas tecnologías ha producido una paradoja educativa muy particular, según la cual los hijos enseñan a los adultos el manejo de las herramientas informáticas".

Según Dall´Asta, "este desconocimiento por parte de los padres plantea distintas sensaciones en los adultos, que van desde un temor excesivo hasta una falta de interés, producto de la ignorancia, aunque no de la indiferencia. También está el otro extremo: el de la sobrevaloración de las tecnologías. La motivación de los jóvenes tiene más que ver con la exploración y la facilidad de acceder a las cosas que con una patología".

El especialista amplió: "La postura ideal de los padres es estar abiertos a un nuevo modelo de comunicación que vino para quedarse, pero que debe tener un gran control y seguimiento diario".

Madre siglo XXI

"A ella siempre le gustaron la foto y el arte. Siempre fue una chica muy intelectual y cerrada. Es una cosa ambivalente. Siempre fue tímida y lo sigue siendo. Es como una dualidad; es como un personaje que ella se crea." Esos conceptos pertenecen a Diana Sampietro, madre de Agostina, de 20 años, que se hizo famosa en la Web gracias a sus provocadoras imágenes en la página www.laschicasdelgordo.net (ver aparte).

"Cuando una se empieza a empapar en el tema, se da cuenta de que no es tan grave en tanto las chicas se cuiden. En el caso de Agostina, siempre es de cuidarse. Cuando la llamaban para unas fotos o una nota, siempre decía que iba a ir con el padre o con el novio. Con esa respuesta, ella ya se daba cuenta de la intención [de quien la convocaba]", dijo la mujer. Respecto del papel de los padres, Sampietro explicó: "Uno sólo los puede aconsejar. Ellos ya son grandes. Lo que siempre le digo a mi hija es que no haga nada de lo que el día de mañana se pueda avergonzar. Hasta ahora, lo está haciendo bien".

Diana Sampietro reconoció que su esposo reniega del sexting. "Al principio, cuando se enteró, le quiso sacar todo: la computadora y demás. Pero no es la forma: si uno le prohíbe a un chico, se sabe que es peor. En cambio, si uno se va interiorizando en el tema, va viendo que los peligros existen si uno no presta atención".

Una incógnita

La mujer admitió, no obstante, que no termina de comprender el motivo de la exhibición de los adolescentes: "No entiendo por qué la necesidad de exponerse. Se lo he preguntado a mi hija y creo que ni ella misma lo sabe. Me dice que es una forma de pertenecer a un grupo y que lo hacen todos. «Si no, no existís», me dice".

"El exhibicionismo de los adolescentes es una tendencia actual. Vivimos en una época en la que todo lo íntimo se expone. El sexo y la violencia se muestran como si fueran espectáculos", afirmó a LA NACION la psicoanalista Diana Litvinoff, autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

La especialista señaló: "El término « exposición» puede ser tomado en dos acepciones. Una, en el sentido de exhibición y, otra, como quedar expuesto a un peligro. Los adolescentes son conscientes de la exhibición y están orgullosos de eso porque esta es una época en la que se exalta el ser famoso, aparecer en los medios de cualquier forma posible, e Internet es hoy una pantalla más donde mostrarse. Respecto del peligro, muchas veces el adolescente no es consciente. Hay un alto nivel de ingenuidad".

Ante la consulta de cómo puede reaccionar un adolescentes que descubre que sus fotos o videos fueron usadas con otros fines, Litvinoff dijo: "Lo primero que siente es vergüenza. El hace una exposición confiando en cierta discreción del que lo recibe, y esto no es así. Eso le produce una sensación de traición y de vergüenza social". Y recomendó a los padres: "Es importante alertar a nuestros hijos de que hay determinadas expresiones fotográficas o fílmicas que quedan reservadas a la intimidad".

El doctor en psiquiatría y especialista en niños, adolescentes y tecnología, José Sahovaler, explicó: "Todo el mundo se expone desde siempre; no sólo los adolescentes. Pero esto es mucho más importante entre los chicos porque hay un reverdecer propio de la edad. Necesitan mostrarse para reafirmar su sexualidad. Por la mirada del otro, uno se construye y define sexualmente. Si soy atractivo o no; si gusto o no; si soy masculino o no. Estas son preguntas que los adolescentes se hacen acerca de su sexualidad".

Sahovaler agregó: "Las poses provocativas de los jóvenes tienen que ver con dos cosas. Los adolescentes saben de la sexualidad y saben para qué sirve el cuerpo. A esto se suma el exhibicionismo impúdico que se ve en los medios".

El papel de Internet

"Internet es un medio de comunicación como el teléfono, no se le puede atribuir ninguna condición maligna", afirmó Litvinoff. "El medio -dijo- puede ser usado de manera abusiva o de una manera productiva de expresión y comunicación".

Además, se refirió a la red social más famosa de los últimos años, Facebook. "También es un lugar de intercambio de cosas positivas, poco se habla de que los jóvenes intercambian poesías propias o ajenas. Se recomiendan libros, se apoyan en momentos de angustia, intercambian ideas políticas y acerca de lo que le sucede..."

Una opinión similar tiene Sahovaler: "Las redes sociales no son culpables de nada. Hay que ver cuáles son los efectos de la tecnología más que hacer caza de brujas".

SEÑALES DE ALERTA

Páginas prohibidas. Si el padre pasa cerca del hijo y éste minimiza todas las ventanas de Internet, indudablemente, miraba algo indebido.

Horario de conexión. Si el adolescente se conecta de noche o sólo activa la PC cuando sus padres están durmiendo, es para prestar atención.

Cambios de conducta. Observar si desde que usa Internet, el chico está más aislado, no conversa.

Falta de control. Ocurre cada vez que prende la PC y el padre no tiene registro de lo que hace.

QUE HACER

Estar cerca de los hijos. No tomar una posición de enfrentamiento. Asumir un lugar de comprensión, aunque sabiendo que hay que decir que no a determinadas cosas.

Acompañarlos. Que los chicos tengan una computadora, que sepan navegar y explorar todo lo positivo que trae la Web, pero con una supervisión adulta en cada caso.

Conocer la tecnología. Es fundamental que los padres conozcan el manejo de las herramientas informáticas de modo de evitar que sean usadas de manera indebida por sus hijos.

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